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Tercer fracaso del marisco depurado en la batea experimental de Ferrol

El informe de coliformes revela niveles muy superiores de los límites legales

Por tercera vez en tres semanas, las analíticas del Intecmar han dado calabazas a la cofradía de Ferrol con la batea experimental. El 9 de enero comenzaron a depositar en las jaulas tres toneladas de bivalvo (almeja y berberecho) extraído de los bancos contaminados de ría (zonas C) para que el molusco se depurase solo en las aguas limpias de la bocana, junto al puerto exterior de Ferrol, donde está anclada la estructura.

Planeaban subastarlas el día 19, pero el primer informe de coliformes (bacterias fecales) resultó estar muy por encima de los límites legales. Sin el aval sanitario del Intecmar es imposible vender este marisco fresco. La analítica se ha repetido otras dos veces con idénticos resultados negativos y en el pósito ferrolano ya hablan de fracaso estrepitoso de un proyecto de 1,5 millones de euros que la Xunta les había vendido como la panacea, para solventar todos los males del marisqueo en una ría asfixiada por la contaminación y de la que viven 447 familias.

La Xunta defiende que el sistema

El BNG rechaza la localización de la batea junto al espigón de Caneliñas “por la sedimentación y ausencia de corrientes”, y ha exigido a la Consellería de Medio Rural e Mar explicaciones por los fallos y compensaciones económicas por las pérdidas que le acarrea a los pósitos de Ferrol y Fene. “Es un fraude”, protestó ayer Bieito Lobeira.

La Xunta defiende que es un sistema pionero y experimental, todavía en fase de pruebas hasta marzo. Sostiene que realizará los ajustes necesarios para favorecer la regeneración del bivalvo y rebajar la mortandad detectada durante el transporte.

Los mariscadores que faenan en Os Praceres (Pontevedra), mientras, ya han subastado molusco depurado en la batea de Aldán. El lunes volvieron a depositar tonelada y media. Los de Barallobre (Fene), en la ribera sur, han subastado el primer lote de almeja de la batea, aunque a un precio que consideran ridículo.

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A la contaminación de la ría, el final del Plan de Dinamización y las deudas del pósito que les obligaron a adelgazar la plantilla, los mariscadores ferrolanos suman un juicio penal por el bloqueo a Reganosa en mayo del 2007 que comienza hoy. En el banquillo se sienta el expatrón mayor, Bernardo Bastida, y siete personas más. La fiscalía les imputa delitos de desobediencia grave y coacciones y pide hasta tres años y medio de cárcel.

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