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La extraña muerte de Manpreet

El asesinato a cuchilladas de una mujer en su piso en Olot desconcierta a la familia por la aparente falta de móvil

Familiares y miembros de la comunidad sij de Olot.
Familiares y miembros de la comunidad sij de Olot.PERE DURÁN

Rozy Kaur se llevaba ayer las manos a la cabeza. Nerviosa y angustiada por no saber quién ni por qué habían asesinado a cuchilladas a su cuñada, se preguntaba en voz alta: “¿Por qué la policía no nos dice nada?”. Solo habían pasado unas horas desde el mediodía, cuando los Mossos d’Esquadra recibieron una llamada que alertaba de un asesinato en el barrio de Sant Cristòfol les Fonts (Olot). Manpreet Kaur Sodhi, de nacionalidad india y 26 años, yacía ensangrentada y sin vida cuando la encontraron su marido y un hermano de este en el interior del domicilio familiar. Los policías buscaban por la tarde por el barrio. Aunque todas las hipótesis sobre el móvil del crimen están abiertas, no hay indicios que apunten a una muerte por violencia sexista, según fuentes del caso.

Manpreet vivía con su marido y el hijo de ambos, de cinco años, en una modesta vivienda de propiedad en la calle del Pintor Velázquez. Con ellos pasaba una temporada el hermano de Ajit Singh, marido de la fallecida. Otros dos hermanos de Ajit, una de ellas Kaur, viven en Cataluña. Los padres de la mujer asesinada continúan en la región del Punyab, de donde proceden ambas familias y donde se casaron Manpreet y Ajit. Tras contraer matrimonio, Ajit emigró a Olot en busca de oportunidades económicas, hace unos 10 años. “Unos cinco años después vino ella”, explicó un primo de la familia. En Olot hay varios cientos de ciudadanos indios que trabajan en las industrias de la zona.

El matrimonio prosperó. Ajit trabaja en Francisco Puigvert, empresa de embutidos situada a pocos metros de casa. Ayer salió alrededor de las 6.30 horas para empezar la jornada. Fue en el descanso para comer cuando regresó y se encontró a su mujer muerta, explicaron sus familiares. “Estaba en el suelo de la habitación, cubierta de sangre”, dijo Kaur, a quien su hermano le explicó por teléfono lo sucedido.

Ajit emigró a Olot en busca de oportunidades económicas, hace unos 10 años. Ella hace cinco

Fuentes de la investigación explicaron que la víctima presentaba varias heridas de arma blanca, alguna en el cuello y en el abdomen. El hijo de la pareja estaba en el colegio, adonde cada día lo llevaba su madre al volver de trabajar. Manpreet hacía horario de noche en una empresa textil de Sant Jaume de Llierca.

Un nutrido grupo de ciudadanos de nacionalidad india se reunieron en los alrededores de la vivienda. Entre ellos se encontraba la suegra de la víctima, que lloraba sin consuelo sentada sobre una acera mientras observaba cómo se llevaban el cadáver. Un primo de la familia, que vive en el mismo edificio, no se explicaba las causas del asesinato. Solo recordaba que hace dos meses Ajit denunció ante la policía local que alguien había cortado el espejo retrovisor de la moto que usaba el matrimonio y lo había dejado encima del vehículo. Es el único incidente problemático que recordaba sobre la pareja. El marido declaró ante los Mossos d’Esquadra en calidad de testigo. Entre el matrimonio no había ninguna orden de alejamiento, confirmaron fuentes municipales.

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Los amigos de la familia negaron que el matrimonio tuviese problemas de cualquier tipo con alguien. La cuñada de la víctima explicó que la pareja guardaba joyas de oro en casa, un complemento típico en la India. Ella cree que el móvil del crimen fue el robo. El área de investigación criminal de Girona se ha hecho cargo del caso.

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