_
_
_
_
_

Con “el cor més a prop de les estrelles”

El homenaje institucional y popular a Josep Maria de Sagarra inflama el Palau de la Música

Carles Geli
Joan de Sagarra, hijo del poeta Josep Maria de Sagarra, ayer en el Palau de la Música.
Joan de Sagarra, hijo del poeta Josep Maria de Sagarra, ayer en el Palau de la Música.CARLES RIBAS

¿Que és Josep Maria de Sagarra? Conocer 600 tipos de pájaros, entre ellos cuatro familias de golondrinas (“i al cel una oreneta espitregada”) que surcan traviesas la perfección de los tercetos de su versión de la Divina Comedia; es Jordi Pujol evocando antes de entrar El poema de Nadal; sabios como Rubert de Ventós; editores como Jaume Vallcorba; el president Artur Mas, y mucho profesor universitario salpimentando gente mayormente madura de estratos sociales dispares. Aquel poema de Nadal (“aquí no se li diu el Crist, ni se li diu Emmanuel, que vol dir Salvador, sinó que se li diu purament el Noi de la Mare. I fixeu-vos bé que la cançó diu: “Què li darem al Noi de la Mare?” És la masia que pregunta això!”) mezclado con fragmentos con algún adjetivo “muy ligeramente pintado con audacia”, como él mismo definía el verbo de Maragall... Sí, todo eso y más fue el acto exactamente institucional y popular a partes iguales que Sagarra recibió ayer en un Palau de la Música de Barcelona a rebosar, añorando su ausencia, de hace ya poco más de medio siglo.

Al hilo de la vida estirada de sus Memòries, el sobrio montaje de Joan Ollé tuvo sublime emotividad, disparada por una Silvia Pérez Cruz que aflamencó sutilmente el sentimiento sagarriano y un gigantesco Josep Maria Pou que no leyó, sino que recitó, La filla del Carmesí. “Preciós! Bravo!” empezó a escaparse por las voces de las mismas señoras que lanzaron grititos de ligero escándalo cuando salieron los pareados satíricos que unían formas de genitales con todas las congregaciones imaginables (“els tinc grossos i rodons / com els pares felipons”) que recitaban los 15 artistas bajo el dictum de Montserrat Carulla, la Julieta antes de envenenarse por Romeo en traducción del homenajeado; todo en una noche de “vinyes verdes sobre el mar” y “esponges de cristall” de Tahití... Y hasta la voz de Sagarra rescatada de una grabación para recitar aquello de “noia, no cullis la rosa: passa cantant”, tan necesario en estos tiempos... “La gente sigue los poemas; los actores se los saben y con estos versos, de cara a la galería, no veas lo que disfrutan”, resumía el hijo del poeta, Joan de Sagarra. Eduardo Mendoza reflexionaba: “¿Por qué complicamos tanto el teatro y la música? Hoy hemos descubierto que en el fondo esto es lo que nos gusta. ¿Por qué no es así siempre?”. Porque solo ha habido un Sagarra capaz de dejarte “el cor més a prop de les estrelles”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_