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La banda de la carretera, en el banquillo

El clan de los Flores niega en la Audiencia de Cádiz la acusación de 40 delitos violentos

Para la policía y la Guardia Civil eran los delincuentes más buscados. Para los dueños de gasolineras, camioneros y propietarios de viviendas rurales cerca de la carretera, los visitantes más temidos. Para la familia de Tamara Leyton, los asesinos. Pero para ellos mismos, los miembros vivos del clan de los Flores, son inocentes. Nada de horrores y miedos. Más bien, víctimas de la casualidad.

Las armas de fuego y los guantes con los que, supuestamente, habían cometido algunos de sus asaltos, estaban dentro de su coche pero, según ellos, no les pertenecían. Ayer arrancó en la Audiencia Provincial de Cádiz el juicio contra esta banda, a la que imputan más de 40 delitos violentos. La fiscalía pide para cada uno de ellos más de 200 años de cárcel.

La historia de esta banda asidua a la carretera comenzó en los años noventa. Hermanos y primos Flores fueron detenidos tras dejar numerosas víctimas de violaciones y robos. Casi dos décadas después, cuando todavía estaban bajo permiso penitenciario, volvieron a reorganizarse, según la policía. Había nuevas incorporaciones, los jóvenes de la familia, que se sumaban a esta curiosa herencia.

Los hermanos Fernando, Francisco y Cristóbal Flores, acompañados de su hermanastro Manuel, aprovechaban los fines de semana, cuando salían de la cárcel, para cometer sus delitos, según la fiscalía. Frecuentaban barriadas aisladas, localidades en fiestas, para aprovechar las viviendas vacías. Eran robos pero llevaban armas y terminaron usándolas. Lo más grave sucedió cuando intentaron entrar en la casa de los Leyton en Puerto Real el 5 de julio de 2008. La joven Tamara escuchó ruidos y salió a ver qué ocurría. Fue acribillada con varios disparos en la espalda. Su madre, su padre y su hermano resultaron heridos cuando fueron a ayudarla. Después siguieron los robos y los disparos, como los que recibieron un vecino de Medina Sidonia o un agente de la Guardia Civil en Setenil. A finales de agosto, la policía y la Guardia Civil lograron detenerles en la autovía Jerez-Los Barrios. Trataron de huir, y en esa huida, cayó muerto Cristóbal de un disparo.

En el juicio los hermanos Flores se negaron a contestar a las preguntas de la acusación. Pero sí respondieron a su abogado. Y lo negaron todo. Hasta lo más evidente. ¿Por qué había joyas en sus domicilios? "No eran robadas, sino compradas en un mercadillo", respondieron.

¿Por qué las huellas de zapato halladas en la casa de los Leyton coinciden con sus zapatos? Porque mucha gente se compra la misma marca. ¿Por qué en el maletero del coche en el que viajaban cuando eran detenidos había cuatro escopetas? No sabíamos que estaban allí. ¿Por qué llevabais guantes? Los vimos en la guantera y nos los pusimos.

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La Fiscalía no se cree esta versión. Tampoco la abogada de la familia Leyton, Montserrat Lozano. "Tamara murió de varios disparos. Los otros sufrieron heridas en el abdomen y los genitales. Su intención era clara". La banda de la carretera seguirá parada en el banquillo hasta el 8 de febrero.

 

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