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La Generalitat admite que adeuda 753 millones a los Ayuntamientos

La vicepresidenta Joana Ortega evita fijar un calendario de pago a las entidades locales

La vicepresidenta Joana Ortega y el consejero Andreu Mas-Colell, durante el Pleno del Parlament
La vicepresidenta Joana Ortega y el consejero Andreu Mas-Colell, durante el Pleno del ParlamentEUROPA PRESS

El Estado no es el único que no salda sus deudas. La Generalitat debe a las entidades locales (Ayuntamientos, consejos comarcales y Diputaciones) 753 millones de euros. Y se niega a decir cuándo los pagará. La vicepresidenta del Gobierno, Joana Ortega, reveló la cifra ayer en el Parlament a raíz de la insistencia de la diputada del PSC Laia Bonet.

La suma corresponde a la deuda que arrastraba la Generalitat con fecha de 31 de diciembre de 2011 e incluye pagos pendientes de años anteriores de todos los organismos autonómicos, incluso la ACA, según apuntan fuentes del Departamento de Gobernación. De estos 753 millones, 189,5 corresponden a la deuda generada solo durante 2011. De forma desglosada, 116 millones provienen de inversiones en obras y los 68 restantes son del Fondo de Cooperación Local (destinados a sufragar gastos corrientes).

Las asociaciones municipalistas evaluaron de forma diferente el volumen de la deuda. La Asociación Catalana de Municipios califica de “elevada” la cifra y la Federación de Municipios considera que la Generalitat se ha quedado corta y aumenta la cantidad hasta 900 millones de euros.

El mundo local ha reclamado en muchas ocasiones que la Generalitat se ponga al día en sus deudas y se aplique las mismas exigencias que plantea al Estado al reclamar los 759 millones previstos por el Estatuto y los 1.400 millones del Fondo de Competitividad. Los últimos impagos que se han conocido de la Generalitat (los 112 millones destinados a las guarderías y una cantidad sin cifrar por la Ley de Barrios) llevaron ayer al PSC y ERC a presentar sendas interpelaciones para debatir la delicada situación financiera de los Ayuntamientos.

La diputada socialista Laia Bonet tachó  al Gobierno de CiU del “más antimunicipalista de la historia”

Ortega no quiso ayer fijar una fecha para pagar las deudas a los municipios. “La Generalitat pondrá sobre la mesa un calendario cuando se pueda cumplir. No daremos expectativas que después no se cumplirán”, indicó. La falta de concreción de las respuestas de la vicepresidenta (que no reveló la cifra hasta el final del debate) llevó a la diputada socialista Laia Bonet a tachar al Gobierno de CiU del “más antimunicipalista de la historia”. Bonet también reprochó a la vicepresidenta que no tenga en cuenta las consecuencias de estas demoras. “Cuando deciden no pagar el transporte escolar o las becas de comedor, ¿quiénes cree que hay detrás como afectados?”, le espetó.

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Justo antes de Bonet, ERC había tenido su oportunidad para hacer las mismas exigencias al Gobierno, pero los republicanos se mostraron más contenidos en sus reclamaciones. De hecho, durante todo el pleno de ayer, ERC mantuvo una actitud indefinida, que llegó a ser contradictoria en algunos momentos de la jornada. Los republicanos se abstuvieron en la aprobación del decreto de prórroga de los Presupuestos de 2011, a pesar de haberlo impugnado por considerarlo antiestatutario. ERC también decidió abstenerse en la doble reprobación al consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, que habían pedido ICV-EUiA y Ciutadans.

Los republicanos no quieren molestar más de lo necesario al Gobierno y reiteran su apoyo a CiU si este apuesta sin ambages por el concierto económico sin más demoras. ERC tampoco tira la toalla en su ya casi épico esfuerzo por convertirse en socio preferente del Gobierno, ya que los 10 diputados republicanos no le han sido de utilidad a CiU para aprobar ningún proyecto de calado.

Caso aparte es la relación de la federación con el PP, que después de impulsar juntos las cuentas autonómicas de 2012 el miércoles, ayer decidieron escenificar Mas-Colell y la líder del PP, Alicia Sánchez-Camacho, en un desayuno a la vista de toda la comunidad parlamentaria. Fue una jornada en la que la relación se consolidó. El PP salvó los muebles a CiU apoyando el decreto de prórroga de los presupuestos de 2011 (también lo habían impugnado) y lanzó el flotador a Mas-Colell para evitar ser reprobado. A cambio, CiU se avino a revisar la acción de las embajadas catalanas, a raíz de una petición del PP más simbólica y con pocos efectos prácticos.

Para denunciar esta luna de miel, ERC publicó un vídeo en el que expone las consecuencias de este pacto, buscando de paso volver a seducir al electorado más sobernanista de CiU.

 

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