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Las canchas más raras

Joaquim Schmid fotografía campos de fútbol brasileños que no respetan el reglamento

El artista aleman Joachim Schmid posa junto a una de sus obras en la exposición O campo en la sala BBK de Bilbao.
El artista aleman Joachim Schmid posa junto a una de sus obras en la exposición O campo en la sala BBK de Bilbao. Santos Cirilo

El artista alemán Joachim Schmid (Balinguen, 1955) preparaba un viaje a Brasil cuando se encontró con la imagen de un campo de fútbol que saltaba todas las normas del reglamento. Los rectángulos perfectos son una quimera cuando se trata se jugar al balón en un trozo de tierra que queda libre en un barrio de favelas. Los campos irregulares, más estrechos en el centro, con las bandas que dibujan un trapecio o casi cuadrados, son frecuentes en un país en el que el fútbol se eleva a pasión nacional. Schmid buscó más ejemplos en las ciudades brasileñas hasta reunir la veintena que forman la exposición O campo (El campo, en portugués). La muestra estará abierta al público hasta el 29 de febrero en la sala BBK, en Bilbao.

El fútbol, dice el autor de O campo, no es solo negocio y equipos de primera división. Es también parte de la vida cotidiana de millones de personas con dificultades para acabar el día. Schmid defiende que la fotografía es como la pesca de arrastre, que captura más de lo que inicialmente pretende. “Además de los campos de fútbol en las fotografías se ve el contexto, el tipo de barrios que los rodean”, explica. “Se ve que es el ámbito de la pobreza, de la alta densidad de población, lugares en los que se saca el máximo provecho a los medios que se tienen”. En otros países latinoamericanos con mucha afición al fútbol no encontró nada parecido. “Habla de la capacidad de los brasileños para improvisar”, explica.

El artista rastreó el territorio a través de  Google Earth en busca de su objetivo 

El comisario de la exposición, Galder Reguera, destaca que Schmid ha trabajado a contracorriente de la fotografía espectacular, de producción complicada y gran formato. Su obra reivindica una aproximación más natural y cuestiona la autoría con la manipulación de fotografías de otros. Schmid trabaja desde hace tres décadas sobre archivos, fotos encontradas y, más recientemente, buscando en Flicker las imágenes que otros cuelgan en la red. Internet también fue la herramienta de búsqueda de los campos de fútbol que en Brasil revientan las normas. A través de Google Earth localizó las canchas de formas más extrañas y reprodujo una veintena de fotografías aéreas al mismo tamaño, 50 por 40 centímetros, en las que las figuras humanas son poco más de un punto.

La presentación de O campo en Bilbao es un proyecto de la Fundación Athletic Club. Reguera apunta que la grandeza del fútbol radica en la capacidad para adaptarse a jugar en cualquier sitio, sin porterías, sin marcar el centro del campo, sin árbitro. “[El fútbol] Está unido a las personas más allá de las posibilidades materiales”, añade. “Eso está recogido en la serie O campo”.

Schmid jugaba al fútbol de chaval, pero abandonó la práctica para convertirse en aficionado. No es socio de ningún club, ni seguidor de un equipo concreto. Le gusta el fútbol porque es el espectáculo que más le divierte. Como le ocurrió el pasado domingo en San Mamés con el Athletic 3-Levante 0.

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