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RELEVO EN LA ALCALDÍA

El compañero de viaje se baja aquí

Cobo, que parecía destinado a seguir a Gallardón en la política nacional, 'rompe' tras dos décadas de proyecto común

SCIAMMARELLA

Contra todo pronóstico, el tándem de dos políticos que parecían cosidos el uno al otro se ha roto. Dos décadas de "esclavitud moral" -así llegó a calificar Manuel Cobo la lealtad que profesaba a Alberto Ruiz-Gallardón- han terminado. Y el núcleo del equipo que gobernó la ciudad de Madrid durante ocho años se ha desmantelado en apenas ocho días, solo siete meses después de ser confirmado por los madrileños.

Manuel Cobo, leonés de 55 años, vicealcalde y mano derecha de Alberto Ruiz-Gallardón durante casi tres lustros, anunció ayer que deja su cargo pero no para acompañar al ya ministro de Justicia, como todo el mundo daba por hecho hasta esta misma semana, sino para abandonar la primera línea de la política. Cobo se marcha al organismo Ifema con un cargo desposeído de todo peso político, un retiro remunerado.

"Termina hoy un proceso de más de 20 años", dijo, con la voz quebrada, al comparecer ante los medios para explicar dos cosas: por qué no se va con el nuevo ministro de Justicia, que es lo que muchos -incluido Gallardón- esperaban, y por qué no se queda con la nueva alcaldesa, Ana Botella, en el Ayuntamiento, que es donde le pusieron los madrileños. A lo primero dijo "no" porque no se siente capacitado; lo segundo, afirmó, no hubiera sido posible y ni él ni Botella lo contemplaron.

Los 20 años a los que ponía fin esa rueda de prensa arrancan en 1991, cuando Cobo concurre por primera vez en las listas del PP a las elecciones autonómicas. Pide ir en el mismo puesto que había ocupado Nicolás Piñeiro, el diputado tránsfuga cuya "traición" impidió a Ruiz-Gallardón ser presidente en 1989 a través de una moción de censura. Desde el primer día, Cobo se convierte así no solo en un diputado del PP, sino en un fiel entregado a Ruiz-Gallardón.

Y desde el principio se gana su confianza. Es secretario del grupo en la oposición; portavoz de la bancada desde 1995, y en 1999 consejero de Presidencia. A esas alturas es ya la mano derecha del presidente. Lo será aún más en la alcaldía, a partir de 2003. Ocho años de vicealcalde y compañero incondicional en algunos de los momentos más duros para ambos: la batalla perdida contra Esperanza Aguirre en 2004 por el control del partido en Madrid, la campaña electoral de 2007 frente al socialista Miguel Sebastián, la frustración de las generales de 2008, cuando Mariano Rajoy dejó al alcalde fuera de su lista... Y, más allá de la política, el 11-M.

Un viaje compartido por dos personas que, en el ámbito personal, tienen poco que ver. Cobo ha sido muchas veces la voz de Ruiz-Gallardón, y otras veces ha elevado solo la suya propia. Habló de los "talibanes" que habían tomado una parte del PP; denunció la "gestapillo" montada supuestamente por el Gobierno de Aguirre para espiarle a él y al exvicepresidente Alfredo Prada. Ayer, Cobo se despidió con lágrimas; Ruiz-Gallardón, nombrado ministro la semana pasada, se fue del Ayuntamiento sin despedirse.

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En octubre de 2004, después de que el alcalde lo lanzara a encabezar una lista suicida frente a Aguirre en el PP madrileño, Manuel Cobo decidió dejar la política. Ruiz-Gallardón le suplicó, casi con la rodilla en el suelo, que no lo hiciera. Era un viernes por la mañana. La escena en el despacho del alcalde aún la recuerdan los colaboradores de ambos. Y Cobo, finalmente, se quedó. "Me ha rogado que no me vaya, me ha dicho que formo parte de un equipo y un proyecto, me ha presionado moralmente", dijo. Siete años más tarde, el proyecto ha puesto, esta vez sí, un punto y aparte. El equipo se ha roto. Y ellos -no por ningún enfrentamiento, sino por voluntad de Cobo- toman caminos distintos. Aunque en política no es raro, ni siquiera improbable, volver a encontrarse.

 

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