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Llegar a la cima no es solo cosa de héroes

La escalada vive un ‘boom’ en la Comunidad de Madrid, que cuenta ya con 100.000 personas que practican este deporte

Juan Diego Quesada
Grupo de escalada en La Pedriza.
Grupo de escalada en La Pedriza.SANTI BURGOS

La llamada de la montaña, en las décadas pasadas, se había convertido en una especie de mantra para muchos jipis que podían aparcar su furgoneta en la ladera, convencidos de que llegar a la cima les hacía libres, frescos, puros, aunque nadie les viese, tan atareados como estaban los demás inhalando humo de los tubos de escape que cruzaban allá a lo lejos la ciudad. Se convirtió para ellos en una filosofía de vida ir los sábados y los domingos a impregnarse las manos de magnesio a la Pedriza, aunque aún escalar era un actividad reservado a unos cuantos muy preparados. Ahora, con la proliferación de los rocódromos y el auge de la escalada en bloque, una modalidad en la que no se utilizan cuerdas y se coloca una colchoneta debajo por si se produce una caída, la escalada vive un boom: cuenta ya con 100.000 personas que practican este deporte, según datos de la Federación Madrileña de Montañismo.

 La escalada en bloque surgió como un entrenamiento para los que después iban a trepar por la montaña pero con el tiempo se ha convertido en una modalidad. Zarzalejo o El Escorial son lugares habituales donde practicar este tipo de escalada pero cada vez más se hace bajo techo. En el último año se han abierto instalaciones específicas en Getafe, Meco o Las Rozas y más de media docena de gimnasios habilitan espacios para escalar, como si fuese un entrenamiento más como el spinning o el yoga.

Los escaladores españoles que querían dedicarse profesionalmente a esto tenían que buscar lugares de entrenamiento en Alemania o Suiza. Aquí no había sitios en condiciones para entrenarse. La tendencia está cambiando. Eso lo está viviendo Andrea Cartas, campeona de España de escalada deportiva en 2008 y 2001. Ahora mismo, a sus 29 años, es responsable del equipo de escalada madrileño. Dirige al equipo en los entrenamientos y en las competiciones. “Está de moda la escalada. Con esta modalidad de bloque puede practicarlo todo el mundo. Por primera vez se está creando una verdadera infraestructura alrededor de este deporte”, destaca Cartas. El auge de la escalada, sin embargo, ella cree que no ha hecho más que empezar. “Es diferente. Es un reto. Subir más alto cada día. O no te gusta o te obsesionas. Tiene el aliciente de que si te entrenas bajo techo puedes quedar con gente para ir al campo a practicarlo y así salir del estrés, desconectar. Es un rollo más social”. Para ella, implica una forma de ver la vida como pueda ser el sentimiento de pertenencia a una tribu que tienen los surferos.

Carlos Ruano empezó a escalar cuando tenía 14 años, guiado por su hermano. Se ha proclamado recientemente campeón de Madrid de escalada en bloque. Representará a la región en los campeonatos nacionales. “Se ha profesionalizado el sector, ya no es cosa de unos cuantos. Escala todo tipo de gente. Madres con hijos, abuelos, niños. ¡Es una alegría!”, se entusiasma Ruano. Él da clases en un rocódromo de Getafe (Rock & Builder Zone) que actualmente está colapsado de alumnos. Tienen 168 inscritos en el club y ahora mismo no hay espacio para más. En los dos últimos años cree que se ha multiplicado el interés de la gente por este deporte. “Vivimos un boom”, repite Ruano, casi sin creérselo.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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