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La crueldad de Mao con sus mujeres y amantes

El escritor Qiu Xialong disecciona en negro la China de la Revolución Cultural y la del presente

El novelista Qiu Xialong, creador del personaje Chen Cao
El novelista Qiu Xialong, creador del personaje Chen CaoMARCEL.LÍ SÀENZ

El escritor chino Qiu Xialong (Shanghái, 1953) ha elegido el género negro para narrar, con una acertada mezcla de historia y de ficción, lo que él llama “transición” de su país, desde 1949, año en que Mao Zedong instauró la República Popular China, hasta el presente. “Intento hacer tanto historia como ficción. La primera novela de la serie del inspector jefe Chen Cao (Muerte de una heroína roja) se centra en la década de 1990, pero en las otras he sido deliberadamente más vago, lo que me permite ir del presente al pasado y al revés. Muchas cosas en China no se pueden comprender de forma aislada”.

Lo que sucedió con la Larga Marcha, el Gran Salto Adelante, la Revolución Cultural… está presente en sus páginas. En Seda roja y en El caso Mao (Tusquets), publicada este año, explica que barbaridades y desafueros cometidos durante la Revolución Cultural estallan trágicamente en el presente. “Una de las razones por las que quería escribir sobre la revolución y sobre Mao es que el Gobierno chino no quiere que se hable de eso. Su eslogan es Miremos hacia adelante, quieren que nos olvidemos del pasado. Los chinos lo han cambiado. Ahora dicen: 'Miremos hacia el dinero”.

Xialong, poeta y traductor al inglés de poesía china, quiso que su principal personaje, Chen Cao, fuera un intelectual “para que pudiera pensar y analizar todos esos cambios que se están produciendo en China”.

Como su creador, Chen Cao es poeta y traductor, licenciado en Filología Inglesa. Sus métodos no muy ortodoxos chocan, a menudo, con sus jefes y con el partido. Es hábil y honesto. Vive y trabaja en Shanghái, ciudad que Xialong retrata maravillosamente, desde los barrios y calles a la gastronomía, la polución..., una ciudad en la que la brecha entre ricos (“bolsillos llenos”) y pobres se hace cada vez más grande y donde la corrupción está generalizada.

En El caso Mao, el ministro de Seguridad encarga personalmente a Chen que investigue y recupere “un material” que perteneció a Mao y que se quedó una de sus amantes, Shang. “Es un personaje real. Cuando Mao iba a Shanghái solía bailar con ellas. Fue Shang quien acuñó la famosa frase: ‘Mao es grande en todos los aspectos’. La señora Mao, que fue muy poderosa durante la Revolución Cultural, hizo que la matasen (...). Mao fue muy cruel con sus mujeres y amantes”.

La primera esposa de Mao fue Lou: un matrimonio concertado. Por ello, aunque vivió con ella dos o tres años, no la reconoció como esposa. Luego se casó con Kaihui y esta boda se interpretó como un acto revolucionario. Tuvo con ella tres hijos. En 1927, Mao fue a combatir como guerrillero a las montañas y dejó a Kaihui y sus hijos en Changsha. Menos de un año después, se casó con Zizhen, de 17 años, que también era guerrillera. Cometió bigamia. En 1930, Mao y los suyos sitiaron Changsha. Kaihui y los niños corrían peligro, pero no hizo nada por salvarlos. El asedio fracasó y los nacionalistas ejecutaron a Kaihui.

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Zizhen fue internada en un psiquiátrico de Moscú, completamente sola y sin hablar una palabra de ruso, y él se casó con Jiang Zing, una actriz muy sexy, más conocida como la señora Mao, que acabó detenida con la Banda de los Cuatro. Todo esto y mucho más cuenta Xialong en El caso Mao. “Investigué mucho para este libro y todos los datos que incluyo proceden de materiales publicados oficialmente. Hice fotocopias, por si algún nieto o biznieto de Mao me demanda”.

Xialong tenía 13 años cuando empezó la Revolución Cultural. “Fue una tragedia para nosotros. Mi padre, que antes de 1949 tenía una posición acomodada, fue considerado un capitalista. Sufrió muchas humillaciones y castigos. Estaba en un hospital donde le hicieron una cirugía ocular y tenía los ojos vendados, así que yo tuve que escribir en su nombre una confesión y una autocrítica contando sus crímenes. Le acompañé luego a declarar en el comité y en los tribunales”.

En 1988, el escritor viajó a Estados Unidos con la intención de pasar un año allí. Pero tras la masacre de la plaza de Tiananmen, en Pekín, decidió no regresar. Ahora vive en Saint Louis (Misuri), en cuya universidad da clases. “Ya no pude volver a publicar en chino y decidí escribir en inglés”. Desde 1996 viaja una o dos veces al año a China. En este país se publicaron censuradas las tres primeras novelas de la serie de Chen Cao. Se negó a que salieran así y las editó en Hong Kong. Su próxima novela de Cao, El enigma de China, cuyo título se inspira en el cuadro de Dalí El enigma de Hitler, tratará de la gran incógnita: “Cómo evolucionará mi país, que mantiene el sistema político de siempre y al mismo tiempo ha emprendido cambios drásticos en la economía”.

 

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