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violencia de género

El hombre que mató a su mujer ante sus tres hijos se suicida en la cárcel

Ali Dahmani había ingresado en prisión preventiva horas antes de quitarse la vida Las dos niñas, de 5 y 6 años, siguen bajo tutela del Gobierno regional El bebé, de apenas 10 días, continúa ingresado en La Paz

F. J. B.
Una mujer llora ante el portal de la mujer asesinada el pasado viernes en Tetuán.
Una mujer llora ante el portal de la mujer asesinada el pasado viernes en Tetuán.KIKO HUESCA (EFE)

Ali Dahmani, de 38 años, que mató presuntamente el viernes pasado a su esposa, Fátima E. F., de 39 años, en presencia de sus tres hijos menores en la vivienda donde residía la familia en el distrito madrileño de Tetuán, fue hallado muerto ayer en su celda de la prisión de Soto del Real, donde se encontraba ingresado desde el pasado domingo.

El Juzgado de Violencia de Mujer número cuatro de la Comunidad de Madrid decretó el domingo por la tarde el ingreso en prisión provisional incomunicada y sin fianza para el hombre, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El detenido se había declarado culpable de las puñaladas que causaron la muerte a su esposa, por lo que se enfrentaba a un delito de homicidio, si bien esta calificación podía variar a la de asesinato en el caso de que se concretaran circunstancias agravantes como parentesco y alevosía, indicaron las mismas fuentes.

Tanto Dahmani como su esposa eran de nacionalidad marroquí. Las dos hijas mayores del matrimonio, de 5 y 6 años, quedarán bajo la custodia de la hermana de la mujer asesinada. De momento, continúan bajo tutela provisional de la Comunidad de Madrid. El consejero de Servicios Sociales, Salvador Victoria, ha elogiado la responsabilidad de los parientes de los niños que se han preocupado por su estado y les han visitado varias veces tras el crimen. "Están muy predispuestos a hacerse cargo de los pequeños", ha declarado Victoria quien ha añadido que los pequeños, "donde están mejor, es en el seno de su familia, que es donde mejor los pueden cuidar". El hijo más pequeño, un bebé de apenas 10 días, sigue ingresado en el hospital de La Paz, donde fue trasladado con síntomas de hipotermia y deshidratación y que ha evolucionado favorablemente.

Según han explicado esta mañana fuentes judiciales, el asesino confeso ingresó a las 21.30 de la noche del domingo pasado en la zona de preventivos de la cárcel de Soto del Real procedente de los Juzgados de plaza de Castilla. Fue trasladado a la Enfermería, donde estaba custodiado por agentes y vigilado por dos presos de confianza. Solo le habían dejado en su poder el pijama y alguna prenda de vestir.  Sobre las 16.30 de ayer, el preso fue al servicio, rompió uno de sus calcetines y lo usó a modo de cuerda para colgarse  de la ducha. Murió de forma casi inmediata.

Toda la noche con el cadáver

Fátima E.F. había sido hallada muerta a mediodía del pasado día 9 en su domicilio, horas después de que hubiera sido asesinada a cuchilladas delante de los niños. Tras el crimen, el hombre había dejado a los pequeños toda la noche junto al cadáver de su madre y con una ventana abierta. El cadáver lo descubrió una prima de la víctima, que acudió al domicilio al no presentarse esta a una cita  con ella a las once de la mañana.

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Como no contestaba a las llamadas al teléfono móvil, la prima de Fátima acudió a su casa, situada en el primer piso del número 6 de la calle de Alemania. Vio que la ventana estaba abierta. La hija de cinco años respondió a sus llamadas, se asomó y, al verla, le dijo: "Mi mamá está muerta". La niña le lanzó las llaves de la casa y pudo entrar en el piso. Allí se encontró a la víctima tirada junto a una mesa en el dormitorio, con varias heridas por arma blanca. Inmediatamente, llamó a la policía y los servicios de urgencia. Cuando llegaron los facultativos de Urgencias Médicas comprobaron que la mujer llevaba muerta varias horas, según informó un portavoz de Emergencias 112. Presentaba diversas heridas en el tronco y otras en los brazos, como si hubiera intentado defenderse.

Los sanitarios se hicieron cargo de los pequeños. Se los llevaron a otra habitación, donde cambiaron al bebé y le dieron un biberón, mientras llegaba una ambulancia con incubadora para trasladarlo al cercano hospital de La Paz. También dieron algo de comida a las niñas, que no habían tomado nada desde que se había desencadenado la tragedia. Fuentes policiales confirmaron que las menores presenciaron el crimen. Las dos pequeñas se encuentran desde su rescate en un centro de la Comunidad de Madrid.

Tras el hallazgo del cadáver, la policía cursó una orden de detención contra Ali Dahmani. El mismo día del crimen, a las ocho de la noche, el sospechoso se presentó en la comisaría de Tetuán. Los agentes de Homicidios le seguían de cerca, lo que le llevó a acudir a dependencias policiales. En su huida había arrojado un cuchillo de grandes dimensiones en las proximidades del inmueble, en un solar abandonado. La policía lo recuperó y lo envió a los laboratorios de Policía Científica.

Al lugar acudieron familiares de la mujer que estaban destrozados por todo lo ocurrido. Afirmaron que sí sabían que la fallecida sufría malos tratos físicos y psicológicos, pero que no lo había denunciado nunca. Por tanto, tampoco existía ninguna orden de alejamiento. "Ella me decía que no era feliz, pero que tenía que aguantar por sus hijos. Lo entendía como algo cultural", explicó un primo de la víctima.

La mujer y su presunto asesino habían nacido en la provincia marroquí de Taza. Fátima llegó a España en 1998 y se casó con Ali Dahmani hace ocho años. Fruto de esa relación, nacieron los tres hijos. Algunos familiares de la víctima explicaron que él trabajaba en una carnicería que tenía con otro socio muy cerca del domicilio familiar. De hecho, la policía no descarta que el cuchillo utilizado en el crimen procediera de este negocio. También estaba al frente de un restaurante de kebab. "Nadie se imaginaba que iba a tener un fin tan trágico", aseguró el primo.

La mujer trabajaba como empleada de hogar, limpiando viviendas por la zona. "Ella estaba muy mal y lo quería dejar, porque era un vago y no aportaba nada de dinero al matrimonio. Pese a que estaba ya muy avanzada en el embarazo, no paraba de ir a las casas para mantener a sus hijos", explicó Habiba, una amiga de la fallecida. "Cuando ella iba al médico, tenía que dejar a sus hijos con los vecinos o amigos porque él no aparecía por casa. Ahora estaba muy contenta con su hijo. Me dijo que quería echarle a él y quedarse con los niños", añadió.

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Sobre la firma

F. J. B.
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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