El Consejo de Ciudad de Barcelona arremete contra la rebaja fiscal de Trias

No es frecuente que un órgano asesor como el Consejo de Ciudad de Barcelona emita dictámenes abiertamente contrarios al Ayuntamiento de la ciudad. Y menos todavía que el máximo órgano consultivo del Consistorio descalifique el principal instrumento con el que se hace política: los presupuestos. Ambas cosas han ocurrido en el dictamen que emitió el Consell tras la reunión celebrada el pasado lunes. Fue aprobado por 43 de los asistentes y hubo ocho abstenciones y ningún voto en contra. El informe fue presentado por Alejandro Goñi, vicepresidente del consejo y representante de la Pequeña y Mediana Empresa (PIMEC).

Se podría decir que el consejo es la voz de la ciudad. Está formado por un centenar de personas y representa a las principales instituciones y entidades de Barcelona: el Ateneo Barcelonés, Fomento del Trabajo, la Cámara de Comercio, las universidades, las principales centrales sindicales, la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB), la Mesa del Tercer Sector Social de Barcelona y el Consejo de Asociaciones de Barcelona. Está presidido por el alcalde, Xavier Trias, y forman parte de él los partidos políticos con representación municipal, aunque no tienen voto. Sus dictámenes no son vinculantes, pero es la voz más interdisciplinar que tiene el Ayuntamiento. La sesión del lunes no fue presidida por el alcalde, que estuvo representado por los tenientes de alcalde Joaquim Forn y Sònia Recasens.

La voz del consejo es muy crítica con los presupuestos que está acabando de pactar el Gobierno de CiU con el Partido Popular. No hace evaluaciones políticas, sino que se limita a realizar un dictamen sobre las cuentas. “Dada la grave situación económica actual, no se entienden los criterios que llevan a rebajar el global de ingresos del Ayuntamiento de Barcelona. Renunciar a incrementar impuestos por el valor del IPC es poco ambicioso”, sostiene sobre la disminución de ingresos por esos conceptos, de 6,5 millones, prevista en las cuentas de 2012. “Si se reajustaran los ingresos, no haría falta recortar los gastos”, continúa el dictamen.

Critica que, por una parte, se decida bonificar entre el 3% y el 7% el impuesto de vehículos en función de los caballos fiscales, y por otra, esté previsto un aumento del coste del transporte público. El consejo cree que en el ámbito del gasto social se recorta y ve un “retroceso”. En concreto, apunta que el gasto social creció el 16% en el ejercicio de 2011 respecto a 2010 y que en el presupuesto de 2012, en cambio, solo crecerá el 6%. Subraya que se podrían recortar otros gastos, como tres millones de euros previstos para conferencias y reuniones, y destinarlos a gasto social.

En el capítulo de gasto en empresa y ocupación, critica que cinco millones de una partida de 5.400.000 euros no vayan a impulsar nuevas políticas “que ayuden al tejido empresarial de la ciudad”, sino a la aportación del Consistorio al Mobile Congress. Y en la misma línea aconseja que la partida de publicidad y propaganda, de 13 millones de euros, vaya a engrosar la de acción social. Asimismo se muestra a favor de introducir una tasa turística en hoteles -a la que se oponen CiU y el PP- y otros lugares turísticos para que revierta en la ciudad y pone en evidencia que esa posibilidad la ha apuntado ahora el Gobierno catalán. La tasa en cuestión se cobra en la mayor parte de las ciudades europeas turísticas.

Como conclusión, se señala que, en un momento de crisis económica, la ciudad no debe perder capacidad recaudatoria a través de sus impuestos y tasas, y que deberían incrementarse con el IPC: “El Ayuntamiento no debería perder poder adquisitivo que pueda revertir en una pérdida de calidad de los servicios a la ciudadanía”.